Almacenar frutas y hortalizas frescas de manera apropiada, no solo ayuda a reducir las pérdidas de dinero y los desperdicios de alimentos, sino que te permite disfrutar del sabor, aroma y textura de los comestibles en perfecto estado. Algunos vegetales se mantienen en óptimas condiciones durante una, tres o cuatro semanas si se almacenan correctamente, mientras que otros solo se conservan frescos por un par de días.
Aquí te damos algunos consejos útiles para almacenar frutas y hortalizas frescas el mayor tiempo posible, mitigar las pérdidas de calidad y reducir los desperdicios de alimentos.
Consejo 1: Planifica tu compra
La compra responsable es el primer paso para reducir las pérdidas y los desperdicios de alimentos. Es importante que planifiques y organices tu compra. Para ello puedes hacer un bosquejo de tu menú semanal para poder calcular aproximadamente la cantidad que necesitas de cada hortaliza o fruta. Cuando compras en exceso probablemente terminarás desperdiciando lo que te sobra y gastarás más dinero.
Si quieres aprovechar el beneficio de alguna oferta y esto implica adquirir una mayor cantidad de vegetales para poder acceder al descuento, puedes hacer con familiares, amigos y vecinos una compra conjunta y luego repartir los comestibles. Esta es una excelente estrategia para disfrutar de hortalizas y frutas frescas a un costo económico menor y al mismo tiempo, contribuyes al cuidado del medio ambiente. No olvides que los recursos naturales de nuestro planeta son sobreexplotados para producir cantidades excesivas de alimentos y según un informe de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), un tercio de esta producción mundial es desperdiciada. A tales efectos recientemente se ha puesto en marcha la iniciativa mundial SAVE FOOD para reducir las pérdidas de alimentos en todos los niveles (productores, fabricantes, transportistas, comerciantes y consumidores de alimentos).
Consejo 2: Durante la compra, elige los alimentos más frescos

Si compras alimentos que están golpeados, dañados o con signos evidentes de deterioro, por más que los almacenes en condiciones óptimas no podrás hacer mucho para prolongar su frescura.
En la tienda o en el mercado, presta atención a los siguientes aspectos para seleccionar las hortalizas y frutas más frescas:
- Vegetales de hoja (lechuga, espinaca, acelga, berros, etc.): debes elegir aquellas plantas cuyas hojas están lo más sanas posibles, no tengan manchas y presenten un aspecto turgente.
- Frutas cítricas, kiwi, manzana, banana y pera: selecciona las piezas que son firmes al tacto y que no presentan golpes o zonas blandas.
- Melón, sandía y piña: Escoge aquellas sin partes blandas que puedan indicar que han sufrido golpes. El aroma de la fruta es una señal de que está madura y su sabor es dulce.
- Melocotón (durazno), albaricoques (damascos) y ciruelas: en estos casos es importante buscar una textura intermedia, ni muy firme, ni muy blanca. Si la fruta está muy firme al tacto probablemente no ha madurado y será poco dulce, e incluso insípida.
- Tomate: lo mejor es que le pidas al vendedor que te permita cortar un tomate para ver su interior porque es común que los tomates que son cosechados sin un grado de maduración correcto y son conservados en cámaras, tengan un color rojo brillante por fuera, pero por dentro sean de color blanquecino y carezcan de sabor.
- Berenjena y pimiento: debes optar por aquellos que tienen una piel lisa, brillante y sin manchas. Su textura debe ser firme y carnosa.
- Papas, cebollas y zanahorias: elige aquellas de consistencia firme y que no presentan brotes.
Consejo 3: guarda las frutas apenas llegues a tu hogar
Muchas veces sucede que las personas llegan temprano a casa con la compra de vegetales y las dejan en bolsas hasta el final del día. Durante estas horas, los vegetales ya comienzan a deteriorarse, por lo que la mejor opción es almacenar tus víveres frescos de inmediato.
Consejo 4: No guardes todo en el refrigerador
¿Qué frutas y hortalizas deben ser colocadas en el refrigerador?
Los vegetales de hoja deben ser almacenados en el refrigerador con ligera humedad, la cual se puede mantener envolviéndolos con papel de cocina o con un paño de tela.
Los cítricos también se conservan en la heladera. Una buena idea es guardarlos en bolsas de plástico con perforaciones para mantenerlos frescos durante mucho tiempo. Esto mismo deberías hacer para la berenjena, las alcachofas, el brócoli, las zanahorias, los guisantes frescos y los rabanitos.
Los espárragos pueden ser colocados en un vaso con agua dentro de la heladera para prolongar su vida útil.
La coliflor, el hinojo, el puerro, el pepino, la granada, el kiwi, las peras y la remolacha (o betabel) se deben almacenar en la heladera, pero no hace falta colocarlos en una bolsa perforada.
Las manzanas producen gas etileno, por lo que deben ser guardadas en el refrigerador pero lejos de las verduras porque aceleran la descomposición de estas últimas.
Los frutos rojos deben ser almacenados en la parte más fría del refrigerador porque se pudren muy rápidamente. También se pueden congelar.
Asegúrate de que tu refrigerador está al menos a 5 °C para retardar los procesos de descomposición.
¿Cuáles se deben conservar fuera del refrigerador?
Los alimentos vegetales que deben ser conservados en lugares frescos y secos, pero fuera del refrigerador son: patata, batata, tomate, ajo, melón, sandía, papaya, plátano, cebolla, zucchini, aguacate, piña, albahaca, melocotón, entre otros.
Ahora bien, cuando un alimento es cortado, por ejemplo, en el caso de la piña o del melón, siempre debe ser conservado en el refrigerador.
Consejo 5: Separa los alimentos productores de gas etileno de aquellos sensibles a esta sustancia

El gas etileno es producido por algunas frutas y hortalizas, y es el responsable de su maduración. Sin embargo, otros alimentos son muy sensibles al etileno y se descomponen rápidamente en su presencia.
- Alimentos productores de gas etileno: manzana, plátano, albaricoque (damasco), aguacate, melocotón (durazno), arándanos, papaya, piña, ciruela, melón, pimiento, kiwi, pera, higo, tomate, cebolla verde.
- Alimentos sensibles al gas etileno: brócoli, coles de Bruselas, repollo (o col), lechuga, espinaca, zucchini, zanahoria, acelga, pepino, patata, batata, espárrago, berenjena, sandía.
Con estas recomendaciones puedes mantener las frutas y hortalizas frescas hasta el momento de su consumo, sin que pierdan su calidad nutricional, ni se deteriore su apariencia, textura, aroma y sabor.
¡Muchas gracias por los consejos! Son geniales.