La vitamina C no previene el resfriado

Las abuelas nos lo dijeron pero tenían razón solo en parte. Después de décadas y decenas de estudios, se ha concluido que la vitamina C no previene los resfriados, pero los acorta.

Por otro lado, lo que si está claro es que las frutas (particularmente los cítricos) son mejores fuentes naturales de vitamina C que las pastillas y los polvos, pero el almacenamiento puede hacer que pierdan sus nutrientes.

Una investigación realizada en Australia asegura que las altas dosis de vitamina C, que se encuentran en los cítricos y otros productos, pueden acortar ligeramente la duración de un resfriado.

Las conclusiones proceden de un estudio realizado en 2004 por investigadores del Australia’s National Centre for Epidemiology and Population Health (Centro Nacional Australiano de Epidemiología y Salud de la Población) que revisaron más de 30 estudios clínicos publicados que investigaron la capacidad de la vitamina C para prevenir y tratar el resfriado común.

En conjunto, estudiaron a más de 10.000 participantes. Los especialistas determinaron que las personas que toman vitamina C diariamente, en dosis tan altas como 1 gramo, tienen casi el mismo número de resfriados que las personas que no tomaron dosis extras de esta vitamina.

Las pruebas combinadas también encontraron que los síntomas del resfriado no duraron mucho entre las personas que tomaron diariamente vitamina C adicional por varios meses durante el invierno. En promedio, los resfriados de estas personas duraron un mediodía menos que el de las personas que no tomaron vitamina C.

La vitamina C, conocida también como ácido ascórbico,  es utilizada por el cuerpo  para fortalecer los huesos, el cartílago y los músculos, y ayuda en la absorción del hierro. La organización australiana recomienda 90 miligramos de vitamina C por día para los hombres y 75 miligramos para las mujeres.

Si usted está planeando aumentar el consumo de vitamina C  consumiéndola en píldoras o en polvo,  no las debe almacenar  en el cuarto de baño o en la cocina. La vitamina C es una sustancia cristalina que se disuelve en agua. Ponerla en lugares que a veces están calientes, como cerca de las duchas o de las estufas u hornos,  reducirá el efecto de la vitamina en tan solo una semana, incluso si la almacena en un recipiente con tapa.

Las frutas cítricas, las verduras verdes, los pimientos, las fresas y el melón son buenas fuentes naturales de vitamina C, pero el almacenamiento y la cocción también pueden reducir su efecto. Cuanto más tiempo se almacenan, más vitamina C pierden. Cocinarlas y cocerlas al vapor también disuelve parte de sus nutrientes.

Para maximizar la vitamina C que se obtiene de los alimentos, se recomienda  comer frutas y verduras frescas y crudas.

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